Fundación Amén Comunicaciones2024-04-252024-04-252023-08-17http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/514https://drive.google.com/file/d/1XbkZdk0AmxY4HAy0ocYkrkvPIT5oPr0m/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Sin lugar a dudas una de las parábolas más impresionantes, sobre el tema del perdón es la que nos presenta hoy este capítulo 18 del evangelio según san Mateo, en una clara alegoría, pero con un mensaje profundamente poderoso. Jesús nos muestra como un rey perdona una deuda impagable, imperdonable a uno de sus siervos, (10.000 talentos), pero él, a la salida de la presencia de estar con el rey, se encuentra a un sencillo amigo que le debe solo 100 denarios, una ínfima suma de dinero para la época, y él no es capaz de perdonar. El evangelio no puede ser más claro cuando afirma, que el rey llama a su presencia al siervo malvado y le reclama: “Una deuda imperdonable, una deuda impagable, yo te he perdonado; ¿tú por qué no podías perdonar una deuda perdonable, una deuda pagable?”. Es simplemente esta parábola evangélica, la imagen de Jesús en la cruz, que perdonó con su vida donada por los hombres, el pecado de toda nuestra existencia, una deuda impagable para cualquier ser humano. Pero aprendamos sabidurías a propósito, de que nos vivimos en la vida, aquí y allá, haciendo enemigos mentales y emocionales, declaremos estas sabidurías para nuestra vida. La primera, no somos mejores que nuestro enemigo, si obramos igual que él, murmurando, atacando, odiando a otra persona. Segunda enseñanza, la vida nos enseña que los enemigos son subjetivos; contigo quizás son los peores seres humanos, pero con otros pueden ser los mejores hombres. Qué ironía y qué misterio anida en el corazón humano. En una tercera enseñanza, reconocemos que un enemigo no es tal por sus acciones, sino porque le cerramos el corazón a nuestro amor, a nuestra comprensión, a nuestro perdón; quizás esa persona no ha hecho nada para seguirnos lastimando, lo pudo haber hecho en un pasado, pero nuestro corazón cerrado a comprender, a perdonar y amar, declara emocional y mentalmente enemigo o enemiga a otra persona. En una cuarta sabiduría reconocemos, que la única manera de destruir a un enemigo no es matándolo, y es la forma humana que pretendemos para destruir a alguien, no, la mejor manera de destruir al enemigo es amándolo. Cuando amamos a alguien, ya deja de ser sencillamente nuestro adversario mental o emocional. En una quinta sabiduría reconocemos, que el construir en mi vida enemigos, no necesariamente destruye a los otros, sino que me destruye a mí: hasta hoy fuiste mi hermano, nunca más te volveré a hablar. Matamos psicológicamente a personas, creyendo que las estamos destruyendo, cuando en el fondo nos destruimos a nosotros mismos. Hoy reconocemos, que sólo el amor al enemigo, es la prueba suprema del amor cristiano, que es el amor más grande, que mi enemigo no es tal por sus acciones, sino porque desnuda en mí la incapacidad para aceptarlo, para acogerlo, para amarlo. Jesús nos declara sus amigos y es compasivo con nosotros, más allá de nuestras caídas y equivocaciones. ¿Por qué no podemos ser compasivos con nuestros hermanos? Terminemos diciendo, que si revisamos nuestra vida encontraremos, que es muchas veces nuestro orgullo personal, disfrazado de dignidad, de respeto, de amor propio, quien nos lleva a crearnos enemigos imaginarios, enemigos mentales y emocionales, que al final sólo amargan nuestra vida. Que el Señor te bendiga en este día, en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 18, 21-19,1 Lectura del día de hoy Del libro de Josué 3, 7-10a.11.13-17: El Arca de la Alianza del Señor va a pasar el Jordán delante de vosotros. En aquellos días, el Señor dijo a Josué: -Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés. Tú ordena a los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza que cuando lleguen a la orilla, se detengan en el Jordán. Josué dijo a los israelitas: “Acercaos aquí a escuchar las palabras del Señor vuestro Dios. Así conoceréis que, un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos. Mirad, el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros. Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el Arca de la Alianza del Dueño, de toda la tierra, pisen el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse”. Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza caminaron delante de la gente. Y al llegar al Jordán, en cuanto mojaron los pies en el agua, -el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la siega-, el agua que venía de arriba se detuvo, creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adam, un pueblo cerca de Sartán, y el agua que bajaba al mar del desierto, el Mar Muerto, se cortó del todo. La gente pasó frente a Jericó. Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que acabaron de pasar todos. Palabra de Dios, te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo (114) 113a,1-2.3-4.5-6: Aleluya. Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob, de un pueblo balbuciente, Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás; los montes saltaron como carneros, las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿y a vosotros, montes, que saltáis como carneros, colinas, que saltáis como corderos? Evangelio del día de hoy Del Santo Evangelio según San Mateo 18, 21-19,1: En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: -Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: -No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y les propuso esta parábola: – “Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: -Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: – ¡Págame lo que me debes! El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: -Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: – ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda”. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano. Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.AmigosAmorCerrar el corazón a la comprensiónCerrar el corazón al perdónCerrar el corazón de tu amorDedicaciónEnemigosEntregaObrar igualOdioRencorBibliaEvangelio¡Si no perdonas, no te perdonaran!¿cuántas veces debo perdonar?