Fundación Amén Comunicaciones2024-04-012024-04-012023-04-01http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/329https://drive.google.com/file/d/1zRvklP5uho5pqRkD8K9IB0ElUgWoOe8h/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES La primera lectura tomada del profeta Ezequiel, nos muestra la misión que el Mesías Salvador viene a cumplir en medio de su pueblo, reunirlos, restaurar la nación, en efecto dirá el Señor Dios: “Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones a donde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra, los haré una sola nación en mi tierra en los montes de Israel; un solo rey reinará sobre todos ellos, ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos, no volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones, ya no estarán con ellos”. Pero los planes de Dios, los proyectos del cielo van por caminos muy distintos de las lógicas humanas, en efecto el Mesías Salvador vendrá a reunir a toda la gran nación, pero mientras esto ocurre un grupo de hombres importantes, los sumos sacerdotes y los fariseos convocan al sanedrín judío (el consejo más importante de líderes político - religiosos de la ciudad de Jerusalén) y discuten con gran temor “¿qué vamos a hacer con Jesús? si lo dejamos seguir predicando y haciendo milagros todos creerán en Él y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación entera”. Los mueve a los sumos sacerdotes, a los fariseos y al sanedrín judío, el miedo, el miedo que ha actuado siempre en nuestra historia y el miedo ¿quién lo creyera? que es una fuente formidable de violencia, porque muchas veces tenemos reacciones desproporcionadas y por demás injustas, cuando obramos por miedo a una persona, a un grupo humano a una situación; es lo que aconteció a Jesús y lo que hoy reconocemos en el evangelio que nos presenta san Juan en el capítulo 11, miedo de los judíos a Jesús por su predicación y miedo del pueblo de Israel al imperio de Roma. Pero este miedo es complementado por una profecía o mejor por un anuncio profético que en ese momento hace Caifás como sumo sacerdote en ese año, cuando dice de manera tajante, “conviene que un solo hombre muera por el pueblo entero y no que perezca la nación completa”. En el fondo, a la manera de los antiguos sacrificios religiosos rituales, Jesús es claramente mirado como el “chivo expiatorio”, aquel que debe de cargar sobre sí los males y pecados de todos siendo el justo, para precisamente pagar el pecado de toda una comunidad; es un poco el sentido de Jesús como Cordero Pascual, inocente, indefenso, llevado al matadero de la cruz, ofrece su vida siendo limpio de corazón por el pecado de todo su pueblo y para reunificarlos. Hoy reconocemos que en la historia del mundo, han existido tantos chivos expiatorios, hombres y mujeres inocentes, normalmente indefensos, que han pagado toda la maldad humana, que han sido víctimas de todas las intrigas de los hombres y precisamente para calmar la furia de una sociedad por el pecado de algunos, se toma a un solo hombre, una sola persona, una sola figura, para que ella sea objeto de toda la criminalización, de todo el señalamiento, de todos los pecados de una comunidad, o como decía el sumo sacerdote Caifás, “Conviene que este hombre inocente muera para que se salve la nación entera”. Finalmente, en este día, justo antes del gran domingo de Ramos, que abre la llamada Semana Mayor para el mundo cristiano, reconocemos cómo la atención creciente entre las autoridades judías y la persona divina de Jesús, había llegado a un punto insostenible, y es que Jesús después de haber resucitado a Lázaro y con ocasión de dicha resurrección haber alcanzado un máximo de popularidad, de cariño y reconocimiento de su pueblo. Aquel día, las autoridades judías decidieron matar a Jesús, no solamente a Él nos dirán los evangelios de los días sucesivos, que también decidieron matar a Lázaro porque muchos con ocasión o con oportunidad de su resurrección (un acontecimiento sorprendente), creyeron en Jesús y la fe en Jesús de alguna manera, amenazaba la institución, los privilegios de las autoridades religiosas de Israel. Esta historia de hace 2000 años, no es tan ajena a nuestros días y encontramos que muchos mártires canonizados declarados así por el juicio autoritativo de la Iglesia, en el fondo pagaron el odio a la fe, la sevicia de los malos y la incapacidad de reconocer en un buen ser humano, la presencia y la acción de Cristo Resucitado en estas vidas humanas a lo largo de la historia. ¿Acaso no es el testimonio solo de Jesús o de Juan el Bautista su primo que fue decapitado? es el testimonio de miles de mártires, de hombres y mujeres de a pie, que ofrendan su vida, derraman su sangre, entregan todo por ser fieles a la fe cristiana. Hoy pidámosle al Señor, entender esa clave definitiva para la muerte de Jesús, en el proyecto de Dios convenía que Él fuera la ofrenda sacrificial, el chivo expiatorio permítanme la expresión, el nuevo Cordero de Pascua que es ofrecido para el perdón de los pecados de muchos. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 11, 45-57 Lectura del día de hoy Lectura del libro de Ezequiel 37,21-28: Así dice el Señor: «Yo voy a recoger a los israelitas por las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar. Los haré un solo pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías. No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra. Habitarán en la tierra que le día mi siervo Jacob, en la que habitaron vuestros padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos; y mi siervo David será su príncipe para siempre. Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre.» Salmo del día de hoy Salmo 31,10.11-12ab.13: El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas: «El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como pastor a su rebaño.» Porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte. Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor. Entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los viejos; convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas. Evangelio del día de hoy Evangelio del libro de san Juan 11,45-57: Para reunir a los hijos de Dios dispersos. En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: – «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.» Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: – «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.» Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: – «¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.Cordero PascualIglesiaJesúsMaldad humanaMartirioBibliaEvangelio¡Chivo expiatorio!JesúsAnimation