TITULO BÍBLICO DEL EVANGELIO: ¡Si no creen, moriran por su pecado!

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REFERENCIA BIBLICA DEL EVANGELIO Juan 8, 21-30 Lectura del día de hoy Libro de los Números 21,4-9: En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: – «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.» El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: – «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.» Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: – «Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla» Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. Palabra de Dios. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy Salmo 102/ 101,2-3.16-18.19-21: Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti; no me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame en seguida. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Cuando el Señor reconstruya Sión y aparezca en su gloria, y se vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peticiones. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. Evangelio del día de hoy Evangelio según san Juan 8,21-30: En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: – «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.» Y los judíos comentaban: – «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: «Donde yo voy no podéis venir vosotros»?» Y él continuaba: – «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.» Ellos le decían: -«¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: – «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.» Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: – «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.» Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús

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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES En la llamada Semana de Pasión, previa a la Semana Santa y la Pascua del Señor, encontramos en el libro de los Números un pasaje que calificamos de pintoresco. El pueblo de Dios, el pueblo de Israel cansado de caminar en el desierto y de alguna manera con gran ingratitud, murmurá, cuestiona a Dios y al líder que Él les había enviado, Moisés, y dirán abiertamente, porque nos has sacado de Egipto para morir en el desierto, aquí no tenemos ni pan, ni agua y nos da náuseas, vómito ese pan sin sustancia hablando del maná. Nos dirá el libro de los Números, que esta ingratitud e incredulidad del pueblo de Israel en que Dios va guiando la historia de dicho pueblo, generará el dolor de Dios y enviará contra el pueblo serpientes que los morderán y muchos morirán en el desierto. El pueblo arrepentido, al ver tan penoso castigo, acude a Moisés para que interceda ante Dios y le dirán, hemos pecado, hablando contra Dios y contra ti, reza a Dios, reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes. Y encontramos esta parte pintoresca del pasaje del libro de los Números capítulo 21, cuando el Señor le responde a Moisés: “Haz una serpiente de bronce abrazada y colocada en lo alto de un estandarte y los mordidos de serpiente quedarán sanos si la miran”. En el fondo, es una prefiguración de Jesús, ya no alzado en un estandarte, sino alzado en la cruz y aquellos que lo miren, quedarán sanos del veneno, ya no de la serpiente sino del pecado. Es un precioso texto con una densa carga teológica, que nos invita a reconocer precisamente, que estamos llamados a la gratitud frente a Dios, que no tuvo propiamente su pueblo en el Antiguo Testamento y estamos llamados sobre todo a creer a la fe, a la credibilidad para no morir por nuestros pecados. ¿Acaso no es el tema central del evangelio de hoy?, cuando Jesús a los fariseos les dice: “En su incredulidad, ustedes son de aquí abajo, del mundo; Yo soy de allá arriba, ustedes son de esta tierra, Yo soy del cielo, con razón les he dicho que morirán en sus pecados sino creen”. Y es una afirmación que hoy tiene que hacer eco en nuestro corazón, nuestra alma espiritual morirá sí vivimos en el pecado. Este cuerpo como cualquier organismo nace, crece, se reproduce, madura, se envejece, se deteriora y muere; pero el alma espiritual, la vida de Dios en nosotros como tantas veces lo he dicho, está llamada a pervivir, y solo el pecado es capaz de matar la vida divina, la vida de paz, de amor, de justicia, la vida de libertad y de esperanza, la vida de fortaleza espiritual que Dios construye en mí. No dejemos, no dejemos que el pecado nos destruya. Con razón en otro pasaje evangélico, Jesús afirmará: “No tengan miedo de aquellos que matan el cuerpo pero no puede matar el espíritu, tiemblen y teman verdaderamente a aquellos que pueden matar, pueden matar el alma, la vida espiritual, la vida de Dios que hay en ustedes”. Y Jesús, en esta misma linea de reflexión del capítulo 8 del evangelio según san Juan, afirmará: “Que cuando el Hijo del hombre sea levantado en alto y está profetizando su elevación en la colina del Calvario, en el Gólgota y en una cruz, entenderán que Él, es el verdadero enviado por Dios, que no hace nada por su cuenta, sino que todo lo hace según el Padre Dios le ha enseñado”. Hoy recuerda, que el que está con Jesús, reconoce su voz, que el que está con Jesús, cree en Él, que el que está con Jesús, obedece sus preceptos, sus leyes, sus mandamientos de vida y de libertad. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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2024-03-17 21:58:51
TITULO BÍBLICO DEL EVANGELIO: ¡Si no creen, morirán por su pecado! 2
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2023-07-18 00:42:47
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