Confía y no tengas miedo
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Mateo 10, 24-33
Lecturas del día de Hoy:
Primera Lectura: del libro del Génesis 49, 29-32. 50, 15-26a
En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus hijos: -Cuando me reúna con los míos, enterradme con mis padres
en la cueva del campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en propiedad.
Allí enterraron a Abrahán y Sara, su mujer, allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía.
El campo y la cueva fueron comprados a los hititas.
Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies en la cama, expiró y se reunió con los suyos.
Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron: -A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.
Y mandaron decirle: -Antes de morir tu padre nos encargó: Esto diréis a José: «Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron. Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.
José al oírlo se echó a llorar. Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le dijeron: -Aquí nos tienes, somos tus siervos.
Pero José les respondió: -No tengáis miedo, ¿soy yo acaso Dios?
Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso, como hoy somos.
Por tanto, no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos.
Y los consoló hablándoles al corazón.
José vivió en Egipto con la familia de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer los hijos de Efraín, hasta la tercera generación, y también los hijos de Maquir, hijo de Manasés; los llevó en las rodillas.
José dijo a sus hermanos: -Yo voy a morir. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.
Y los hizo jurar: -Cuando Dios cuide de vosotros, llevaréis mis huesos de aquí.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
Salmo de Hoy:
Salmo 105(104), 1-2.3-4.6-7 (R. cf. Sal 69[68],33)
Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos;
cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas.
Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Evangelio de Hoy:
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 24-33: No tengáis miedo a los que matan el cuerpo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo.
Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse; nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.
Palabra de Dios. Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
¡Confía y no tengas miedo!
El evangelio de hoy nos muestra unos sabios consejos, que Jesús entrega a sus discípulos y que hoy dos mil años después, tienen completa vigencia para nuestra vida, si en verdad nos llamamos seguidores, discípulos y anunciadores de Jesús.
La primera palabra que dirige a sus discípulos es: “Superar el escándalo de la maledicencia humana”. Cuando hablamos de maledicencia, hablamos de una práctica común y perversa en el ser humano, que es hablar mal de otro y normalmente a sus espaldas.
Jesús en efecto afirma: “Que, si al dueño de casa lo han llamado beelzebú, (uno de los títulos de los demonios), cuánto más a los criados”. Por eso un seguidor de Jesús, no debe escandalizarse, ni desanimarse, cuando sea objeto de maledicencia, de críticas, de incomprensiones, de burlas o desprecios. Es parte de la suerte que debe de seguir y que Jesús anuncia desde el momento mismo en que comparte con sus discípulos.
Pero hay una segunda afirmación fundamental a manera de consejo y de exhortación, y que hoy tiene plena vigencia para los hombres, no tengamos miedo, el Señor no nos abandona, Él está siempre con nosotros, y hace una precisión: “No teman a los que pueden matar el cuerpo, pero no así, matar el alma”.
De hecho, sabemos que nuestro cuerpo, nuestro organismo, por la enfermedad, por la vejez, terminará su proceso vital; pero el alma espiritual, la vida interior, la vida de Dios en nosotros, es lo que tenemos que cuidar. Y el Señor nos advierte: “No dejes que nadie, por su malicia, por sus escándalos, por sus malas palabras, te aparte de la verdad y te aparte, te separe de la vida nueva que sólo el Señor nos puede dar”.
A renglón seguido en una tercera sugerencia o exhortación, Jesús señala claramente que el mal del mundo será descubierto. En efecto afirmará: “No hay nada que quede tapado en esta vida y que no llegue a descubrirse, no hay nada escondido que no llegue a saberse, la bondad de los hombres y también su maldad será conocida”.
Por eso, aunque ahora te preocupes porque ves el mal camuflado, que avanza silencioso con astucia e inteligencia certeras, ten la seguridad, que entre cielo y tierra como decían las abuelas: “Entre cielo y tierra nada queda oculto”, el mal será descubierto y el bien será reivindicado.
En una cuarta afirmación, Jesús, invita a sus discípulos a la confianza plena en Él. De hecho, coloca el ejemplo muy conocido de los gorriones o pájaros del cielo, que Él cuida solícita y amorosamente, ¿cómo no hacerlo con nosotros, que valemos mucho más que los pájaros y gorriones que vuelan por los aires? Y afirmará Jesús: “Hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados”.
Por eso es una invitación a sentirnos confiados, amorosa y poderosamente protegidos en las manos del Padre Dios. La confianza en Él sea siempre la norma de nuestra vida y así viviremos con más paz, con más esperanza.
Finalmente, Jesús, en una quinta afirmación, lanza una advertencia severa: “Aquellos hombres que hagan profesión explícita de fe ante los demás hombres, serán reconocidos y presentados por el mismo Cristo ante el Padre Dios”; pero también de manera inquietante nos señala: “Aquellos hombres que nieguen a Dios en su vida por cobardía, por escepticismo o por moda y quedar bien ante los hombres, también el mismo Cristo los negará ante el Padre Dios que está en los cielos”. En definitiva, cada uno de nosotros recibirá la paga según la bondad o la maldad, la profesión de fe o la negación de Dios que hemos hecho en la vida.
Cuando se ha vuelto frecuente un discurso, que es cuestionador frente a Dios, el cristianismo, la Iglesia, el evangelio; hoy pide al Señor el coraje, la parresía interior y la libertad del corazón, para anunciar a Jesús, más allá de falsos respetos humanos, y recuerda, que Dios, sí lo afirmas en esta tierra ante los hombres, Dios te recibirá y te afirmará en el Reino de los cielos.
Que el buen Dios te bendiga abundantemente en este día. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.