¡Es eterna su misericordia!

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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 12, 14-21 Lecturas del día de Hoy: Primera Lectura: Éxodo 12, 37-42 En aquellos días, los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos mil hombres, sin contar a los niños. Salió también con ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas, vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron piezas de pan ázimo, no fermentado; pues los egipcios, al arrojarlos del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar provisiones para el camino. Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor. Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto. Por eso, esta noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos de Israel, de generación en generación. Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo de Hoy: Sal 136(135), 1 y 23-24. 10-12.13-15 Demos gracias al Señor, porque él es bueno. Demos gracias al Señor, porque él es bueno; él se acordó de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos. Demos gracias al Señor, porque él es bueno. Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó a Israel de aquel país: con mano poderosa, con brazo extendido. Demos gracias al Señor, porque él es bueno. Demos gracias al que en dos partió el mar Rojo, condujo a Israel entre las aguas y arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército. Demos gracias al Señor, porque él es bueno. Evangelio de Hoy: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 12, 14-21 En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías: Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza. Palabra de Dios. Gloria a ti Señor Jesús.

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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES ¡Es eterna su misericordia! La historia bíblica es la historia de la fidelidad eterna de Dios y también de la infidelidad continua del hombre. La historia de la Biblia es la historia del amor inquebrantable, amor liberador del Señor frente a tantas esclavitudes y cadenas que los seres humanos construimos en nuestras vidas. ¿Acaso no es otro el sentido del Libro del Éxodo en el capítulo 12, cuando nos señala la noche inmensa en que el pueblo de Israel, después de más de 400 años de opresión, humillaciones y esclavitud en Egipto, sale buscando la promesa de una tierra nueva, sale hacia ninguna parte, el desierto?, ¿guiados y sostenidos sólo por la promesa de Dios, Yo los sostendré, Yo los acompañaré? “Con sus pocas provisiones, con sus pequeños rebaños de ganado, de ovejas y de más, el pueblo de Israel se fía de Dios. Un Dios que libera, un Dios que guía, un Dios que muestra el camino”. En esa misma línea encontramos el evangelio de san Mateo, capítulo 12, cuando nos habla precisamente citando a Isaías, “de Jesús como el siervo elegido y amado por Dios, en quien el Padre de los cielos se complace, y sobre el que Él pone su Espíritu para que anuncie la justicia, el derecho y la sabiduría a las naciones del mundo entero. Esto no es óbice para que el profeta Jesús en su momento, lo llamamos nosotros, el Hijo de Dios, los profetas del Antiguo Testamento, los profetas modernos, no vivan dificultades y contradicciones”. De hecho, nos señala este capítulo 12 de san Mateo: “Cómo al salir Jesús de la sinagoga, los fariseos, detractores permanentes de Jesús, planearon el modo de acabar, de matarlo a Él”. Pero nos dice también: “Que la acción de Dios lo protege, que Él se marcha del lugar donde los fariseos lo buscaban para aniquilarlo, y que con gran libertad interior sigue sanando, sigue anunciando el Reino y sigue despertando el entusiasmo de multitudes que lo acompañan y creen en su mensaje”. Así pues, tanto en la primera lectura como en el evangelio, descubrimos el sentido profundo del salmo responsorial de hoy, cuando repetimos casi de una manera litanica: ¡Porque es eterna su misericordia! Y nos dirá el salmo 136: ¡Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia!, (responde la asamblea creyente). Y luego, hablando de la historia de la liberación del pueblo de Dios, dirá el salmista: ¡En nuestra humillación y esclavitud se acordó de nosotros, porque es eterna su misericordia! Y nos libró de nuestros opresores, que era el ejército egipcio, porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país donde fueron humillados, Egipto, porque es eterna su misericordia. Y los sacó a la tierra de la promesa, pasando primero por el desierto con mano poderosa, con brazo extendido, porque es eterna su misericordia. ¡Y dividió en dos partes el Mar Rojo para que pasara el pueblo de Israel y se ahogara el ejército egipcio, porque es eterna su misericordia! Hoy aplica esta bella reflexión antífona del salmo a tu vida y di: ¡Dios me ha dado la vida, porque es eterna su misericordia! Me ha sanado de la enfermedad, porque es eterna su misericordia. Me ha levantado en momentos de desánimo y caídas emocionales, porque es eterna su misericordia. Me ha protegido económicamente, me ha tendido la mano a través de terceras personas, porque es eterna su misericordia. Me ha cuidado de la maldad y de la mentira de los hombres, porque es eterna su misericordia. Me ha dado una familia providente que me acompaña, me anima y es alegría en mi vida, porque es eterna su misericordia. ¡Me ha permitido llegar a la madurez y vejez de la vida, porque es eterna su misericordia! Y así podrías narrar mil acontecimientos en tu vida y en todo responder: ¡Porque es eterna la misericordia de Dios! Hoy te pregunto ¿entonces por qué en esta situación de conflicto social, de crisis sanitaria, de debilidad de la economía de tu país o de tu ciudad, te angustias? ¿Acaso Dios no te ha acompañado, sostenido y protegido en todas las pruebas y vicisitudes de tu vida? ¡Porque es eterna su misericordia! ¿Por qué entonces ahora dudas, por qué tienes miedo? Guarda en tu corazón esta promesa de Dios: “Él te acompaña siempre, desde el momento mismo de la concepción hasta el final de tu existencia, porque es eterna su misericordia”. Deja de preocuparte, sufre menos, vive mejor y confía más en Dios, porque es eterna su misericordia. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en los trabajos y tareas que realizas, que te dé sabiduría para vivir en familia el amor y el ambiente de la paz que nos viene sólo de Jesús. Y te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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