¡Ojalá escuchen la voz de Dios!
dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
dc.date.accessioned | 2023-07-17T18:08:20Z | |
dc.date.available | 2023-07-17T18:08:20Z | |
dc.date.issued | 2023-03-16 | |
dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El libro del profeta Jeremías, nos muestra el dolor del mismo, porque a la orden de Dios, dirigida a su pueblo: “Escuchen mi voz” y a la promesa: “Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo, sigan el camino que les señalo y en todo les irá bien en la vida”. El pueblo de Israel no escuchó la voz de Dios, no hicieron caso; y nos dirá el profeta Jeremías que al contrario, el pueblo caminó según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón, dieron la espalda y no la cara a Dios. De esta primera lectura, y en general del contexto de las lecturas que la liturgia de la Iglesia nos presenta en este día, saquemos tres enseñanzas para nuestra vida. La primera, no endurezcamos el corazón, como señalará precisamente el salmo 94 en el día de hoy: “Ojalá escuchen hoy la voz del Señor, no endurezcan su corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto, cuando sus antepasados me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras”. Hoy, dos mil años después de la venida de Jesucristo, Él nos invita a escuchar su palabra, acogerla en el corazón, a dejar esta vida de superficialidad, de dispersión, de distracciones y entretenimiento en el que vivimos, porque la vida no es tan larga, los años pasan rápidamente y quizás cuando nos demos cuenta de que lo único importante en la vida es Dios, la vida tal vez se nos habrá terminado. Pero avanzando en una segunda idea, encontramos claramente, la doble respuesta que encuentra Jesús en su pueblo, cuando sana a un mudo y otra vez vuelve a hablar, mientras un grupo de espectadores se queda admirado, otros, probablemente autoridades religiosas de Jerusalén, acusan a Jesús, de que la sanación que ha labrado en este mudo no es por obra de Dios sino de belcebú (el príncipe de los demonios). Finalmente, otro grupo de sus oyentes o de su audiencia, le pedían pruebas y nuevas señales, signos prodigiosos para poder creer en Él. Jesús en una sana y fina lógica, afirmará: “Que todo reino en guerra civil o dividido el mismo, va a la ruina”. En el fondo esto lo entendemos todos claramente, más allá de las calumnias de los doctores de Jerusalén, que en el fondo rechazaban a Jesús porque temían perder el liderazgo social y religioso, y se sentían amenazados en su autoridad ante el pueblo, lo acusan de que Él expulsa los demonios con el príncipe de los demonios, evidenciando una verdad, yo no puedo si hago el mal, obrar por la acción del mal o decirlo de otra manera, si yo realizo una curación soy luz, no lo puedo hacer por la acción de la oscuridad. Finalmente, encontramos la otra respuesta que es claramente aquellos que piden signos y señales a Jesús. Hoy muchos dicen yo quiero ver milagros, signos prodigiosos para poder creer en el Señor y no les basta solamente la fe, el gran don de Dios a su Iglesia y a la multitud de hombres y mujeres de buena voluntad, que aprenden en la vida a aceptar a Jesús, descubriendo la acción de Dios en su cotidianidad. Encontraremos finalmente un ejemplo donde Jesús compara al demonio con un hombre fuerte, nadie puede robar en la casa de un hombre fuerte, a menos que él sea más fuerte que ese hombre; el hombre fuerte en la comparación de Jesús es el demonio, pero Él se presenta como más fuerte que el demonio, capaz de robar almas, de robar y sustraer de la maldad, de la enfermedad, de la oscuridad que trae el demonio, por eso ese hombre más fuerte es capaz de robar y liberar a aquellos que están prisioneros bajo el poder del mal. Culminará este evangelio, recordándonos la radicalidad que Jesús nos pide en su seguimiento y en nuestra respuesta diaria, de cada día, al afirmar: “El que no está conmigo, está contra mí, el que no siembra conmigo, desparrama”. Esto lo diremos muy a propósito, de que a lo largo de la historia y hoy especialmente, encontramos mucha tibieza espiritual, muchos hombres y mujeres que viven de un cumplimiento religioso y dicen expresiones como estas, yo creo en Dios a mi manera, olvidando que esa es la mejor manera de no creer verdaderamente en Dios o diciendo, yo creo en Dios, pero no en su Iglesia, olvidando que Jesús quiso instaurar, fundar, construir una sola Iglesia donde se anuncie la palabra, se comunique la gracia divina a través de los sacramentos, el bautismo, el pan de la vida en la eucaristía, el perdón profundo de las faltas en el sacramento de la reconciliación. Hoy te invito, para que te preguntes si, así como eres radical para seguir un equipo de fútbol, si eres radical para amar a tu país, si eres radical en temas de política partidista, si eres radical siguiendo un cantante, una actriz en redes sociales, ¿por qué no eres radical siguiendo y obedeciendo al que a ti y a mí nos ha dado la vida; ¿es luz y camino de salvación para todos y es el único capaz de abrirnos la puerta a la vida que no tiene ocaso, la vida eterna y definitiva con Dios? Que el Señor, bendiga abundantemente tu existencia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén | |
dc.description.abstract | REFERENCIA BIBLICA DEL EVANGELIO Lucas 11, 14-23 Lectura del día de hoy Lectura del libro de Jeremías (7,23-28): Esto dice el Señor: «Esta fue la orden que di a mi pueblo: “Escuchen mi voz. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo; sigan el camino que les señalo, y todo les irá bien”. Pero no escucharon ni hicieron caso, al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón, me dieron la espalda y no la cara. Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso: al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aún así, les dirás: “Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”». «Palabra de Dios. Te alabamos Señor» Salmo del día de hoy Salmo 95 (94), 1-2. 6-7ab. 7c-9 R/. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón». Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su Presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. /R. Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que Él guía. /R. Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras». /R. Evangelio del día de hoy Del santo Evangelio según San Lucas 11, 14-23 En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo, sucedió que apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; pero, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, los hijos de ustedes, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama». «Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús» | |
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dc.subject | Evangelio | |
dc.subject | Biblia | |
dc.subject | San Lucas | |
dc.subject | Shema | |
dc.subject | Voz de Dios | |
dc.subject | Mensaje de Dios | |
dc.title | ¡Ojalá escuchen la voz de Dios! |
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