¡El arte de amar! (siete Desafios)
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Mateo 19, 3-12
Lectura del día de hoy
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 25-35
Hermanos: respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto sus razones.
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina. Quiero que se ahorren preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido. Les digo todo esto para su bien, no para ponerles una trampa, sino para inducirlos a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de Dios, Te alabamos Señor.
Salmo del día de hoy
Salmo (45) 44, 11-12. 14-15.16-17
Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor.
Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado; la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras.
Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra. R/.
Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te tiene preparada.
Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Evangelio del día de hoy
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: ─ «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió: ─ «¿No han leído que el Creador, en el principio, “los creó hombre y mujer”, y dijo: “Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, ¿y serán los dos una sola carne”?
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron: ─ «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?». Él les contestó: ─ «Por lo tercos que son les permitió Moisés divorciarse de sus mujeres; pero, al principio, no era así.
Ahora les digo yo que, si uno se divorcia de su mujer, no hablo de impureza y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron: ─ «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». Pero Él les dijo: ─ «No todos pueden con eso, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos. El que pueda con esto, que lo haga».
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
Hoy la Iglesia celebra la fiesta litúrgica de Santa Rosa de Lima, Virgen peruana y patrona de América Latina. Nos congratulamos con todos nuestros hermanos, especialmente de la nación del Perú. El evangelio de hoy exactamente igual al que salió hace pocos días, nos habla de la estabilidad que debe de tener el matrimonio y nos recuerda la máxima evangélica: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”. Hoy de una manera pedagógica, quisiera presentarte algunos grandes desafíos propios de la vida matrimonial.
Primero, no dejes que tu vida esponsal o conyugal se vuelva rutinaria. La rutina de la vida asesina el amor, no puede ser que todos los días y todas las horas sean las mismas palabras, las mismas actitudes, los mismos comportamientos. Si bien es cierto que estamos sometidos a la ley universal del desgaste, hay que luchar desde el principio de la relación conyugal, por vencer la rutina en las relaciones de esposos.
Un segundo desafío que te planteo, no pretendas dominar a tu cónyuge. Las relaciones de dominación, sumisión sobre tu pareja son relaciones enfermas que te quitan libertad, espontaneidad y te llenan de miedo en las relaciones conyugales. La relación sana es una relación de semejantes, de iguales, de diálogo, de respeto entre los dos.
Un tercer desafío, recuerda siempre alimentar el amor, que ciertamente es una flor exótica en el jardín de la vida, pero esa flor debe ser abonada, regada, podada, cuidada con la máxima delicadeza. Cuida tus palabras, cuida tu presencia, cuida los regalos que das a la relación, cuida los detalles, cuida el tiempo con calidad, cuida ese contacto físico con tu pareja. Alimenta el amor para que no se enferme esa flor hermosa de la relación esponsal.
En un cuarto desafío, defiéndete de ese enemigo camuflado de todo matrimonio o relación en común, que es el egoísmo. Muchas veces detrás de lo que llamamos amor, simplemente hay un disfraz, es el egoísmo: buscar mi gratificación, mi satisfacción, mi bienestar, atender mi necesidad en el cuerpo de la otra persona, en el acompañamiento emocional y afectivo de la otra persona. Nunca olvides, que lo antónimo, lo contrario del amor no es el desamor, sino el egoísmo.
En un quinto desafío, reconoce que hoy nos mata la superficialidad. A veces vivimos más en la superficie de nuestro ser, que, en la hondura del misterio humano, es más vivir hacia fuera que hacia adentro. De alguna manera, hoy es más fácil por la sociedad tecnocrática, vivir en la dispersión que en el recogimiento. Hay ciertamente refugios o escapes exteriores, (que es una fuga hacia afuera de uno de los cónyuges). Busca el éxito económico, profesional, la vida social o amistades, los affaire o aventuras amorosas pasajeras. En esto se pone el alma y se olvida de mantener encendido el fuego del hogar, el fuego del amor.
Pero también hay fugas hacia adentro, cuando nos encerramos dentro de nosotros, somos más solitarios, falla la comunicación, estamos junto a otra persona, pero ausentes, y recordemos que, sin comunicación profunda y sincera, no hay una relación matrimonial estable.
En un sexto desafío, recuerda que no puedes idealizar a la persona que amas. A veces descubren los matrimonios que acompaño, que se casan sin conocerse en profundidad y solo se enamoraron de una imagen idealizada, divinizada de la otra persona. Esta falta de realismo es una auténtica expresión de inmadurez humana.
En un séptimo desafío, reconoce que ese acoplamiento de la pareja, un acoplamiento que no es solamente lo anatómico de su relación íntima, sino también síquico, afectivo y espiritual, es un proceso que necesita ajustes en el tiempo. Es que somos dos personalidades distintas, dos maneras de vivir la vida y de asumirla, por eso tenemos que pulirnos en la vida conyugal con paciencia.
Termino simplemente señalando, que no puede haber verdadera estabilidad en el matrimonio, si no hay capacidad de perdón. He descubierto acompañando numerosos matrimonios, que, en el fondo de muchos fracasos conyugales, hay un problema de no perdón. Es que el rencor envenena el amor, lo hiere mortalmente, hay que hacer todo lo posible por sanar heridas y respirar en paz.
Señor, danos matrimonios y familias sanas, estables y fuertes, para tener una sociedad sana, estable y fuerte. Amén.
Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Así sea.