¡El falso dios del mundo!
dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
dc.date.accessioned | 2024-04-26T18:46:50Z | |
dc.date.available | 2024-04-26T18:46:50Z | |
dc.date.issued | 2023-08-21 | |
dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El evangelio de hoy y mañana presentados en el capítulo 19 de san Mateo, nos alertan sobre la realidad de las relaciones enfermas del hombre con las posesiones materiales, con el dinero. Se nos presenta el diálogo del joven rico en posesiones con Jesús, que a la pregunta: “¿Qué ha de hacer para heredar el reino de los cielos?”, Jesús le responde invitándolo a cumplir todos los mandamientos. El joven con alegría reconoce que ha obrado rectamente. “¿Qué más tiene que hacer?”, Jesús le dice: “Vende los bienes materiales que tienes y dalos a los pobres, así tendrás un gran tesoro en los cielos”. Pero nos dice el evangelista, que el joven se marchó entristecido porque estaba muy apegado a sus bienes. Sobre este evangelio reconocemos, que a ninguna realidad creada Jesús le da el título de señor como al dinero. En efecto, en otro texto semejante afirmará: “Que no se puede servir a dos señores al mismo tiempo, al Señor del cielo y al señor de la tierra, mammón, mamona, el dios dinero”. Jesús reconoce la poderosa fascinación, el poder de seducción que ejerce el dinero sobre el corazón humano, de alguna manera creyendo que es la ruta para ser feliz, para ser exitoso en la vida. Hoy reconocemos que por amor desmedido al dinero: se vende el cuerpo, se prostituye, se traicionan a los amigos, se finge amor en los matrimonios, se vende la conciencia, se genera corrupción, se ahoga el ser humano en la empresa, en el banco, en la contratación pública, se genera violencia, robos, homicidios, extorsión, trata de personas, venta de armas, secuestro, narcotráfico; todo tiene su raíz en el amor enfermo, el amor patológico al dinero, el falso dios de esta tierra. Hoy reconocemos de alguna manera, que estamos llamado a desnudar la falsedad del dinero, se necesita como lo hemos dicho en tantísimas ocasiones, nadie lo niega, pero no le podemos entregar el corazón. Hoy admiramos las personas que con sabiduría administran los bienes terrenales y también reconocemos que aquella persona que se deja poseer, se deja hipotecar en su ser por la riqueza, de alguna manera carga una maldición para sí. Hoy descubre en una primera condición que el dinero muchas veces no enriquece, empobrece al hombre, lo vuelve receloso, desconfiado, suspicaz frente a los demás, empobrece sus relaciones humanas, porque su Dios se ha constituido sobre las posesiones materiales. En una segunda característica descubrimos que el dinero endurece el corazón. A veces nos hacemos impermeables frente a la necesidad, la precariedad, el sufrimiento del pobre, nos hacemos insensibles ante él y con falsos argumentos racionales decimos, ¡No le doy dinero porque se le vuelve vicio!, ¡No le colaboro porque es apoyar la pereza para trabajar! Racionalizamos nuestra insensibilidad o incapacidad para ser solidarios con los demás, endureciendo nuestro corazón. Reconocemos en una tercera característica que el dinero envilece, vuelve al hombre tacaño en extremo, mísero por el centavo, explotador de la necesidad del otro. Recuerdo un santo sacerdote que afirmaba: “Nunca regatees el precio de la venta de un bien que tiene el pobre, al pobre no se le regatea el precio”. Cómo vamos a grandes boutiques, famosos almacenes de marca y pagamos altísimas sumas de dinero por una prenda o por cualquier otro artículo sin regatear, porque nos parece que no está bien hacerlo. Pero a un pobre que vende en un semáforo de las grandes ciudades de nuestra América Latina, vende una fruta, le regateamos el precio, no nos dejemos envilecer. Continuaremos con esta reflexión mañana, a propósito de tener sabiduría para administrar el dinero. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. | |
dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 19, 16-22 Lectura del día de hoy Del libro de los Jueces 2, 11-19: En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba; dieron culto a los ídolos, abandonaron al Señor Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como Él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los Jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos. Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el Juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada. Palabra de Dios, te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo (106) 105, 34-35.36-37.39-40.43-44: Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. No exterminaron a los pueblos que el Señor les había mandado; emparentaron con los gentiles, imitaron sus costumbres. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos; inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. Se mancharon con sus acciones, y se prostituyeron con sus maldades. La ira del Señor se encendió contra su pueblo y aborreció su heredad. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. Cuántas veces los libró: más ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus culpas. Pero él miró su angustia y escuchó sus gritos. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. Evangelio del día de hoy Del Santo Evangelio según San Mateo 19, 16-22: En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: –Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno, para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: –¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: –¿Cuáles? Jesús le contestó: –«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo». El muchacho le dijo: –Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: –Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús. | |
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dc.subject | Administración del dinero | |
dc.subject | Empobrecer | |
dc.subject | Endurecer el corazón | |
dc.subject | Enriquecer | |
dc.subject | Envilecer | |
dc.subject | Manejo del dinero | |
dc.subject | Sabiduría | |
dc.subject | Ser tacaño | |
dc.subject | Tesoro en los cielos | |
dc.subject | Biblia | |
dc.subject | Evangelio | |
dc.title | ¡El falso dios del mundo! | |
dc.title.alternative | Relacion con el dinero |
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