¡Combate espiritual!

dc.contributor.authorFundación Amén Comunicaciones
dc.date.accessioned2024-04-26T18:28:04Z
dc.date.available2024-04-26T18:28:04Z
dc.date.issued2023-08-20
dc.descriptionTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Una de las más impresionantes escenas evangélicas donde se expresa el combate de la fe entre una mujer cananea y el Hijo de Dios, es la que precisamente nos trae hoy el capítulo 15 del evangelio según san Mateo. Una madre extranjera, pagana, cananea para mayor precisión, se acerca angustiada a Jesús que pasaba por la región de Tiro y Sidón, (territorio no judío). La angustia por su hija enferma la lleva a clamar a Jesús, desde la condición existencial en la que Dios hecho hombre no nos niega nada, su compasión. En efecto, en una primera escena evangélica encontramos cómo esta mujer grita, clama angustiada y desesperadamente: “Señor Jesús, descendiente del rey David, ten misericordia de mí”. La mujer con una inmensa inteligencia espiritual no acude a Jesús como el todopoderoso, el omnipotente o como el que todo lo sabe (el omnisapiente) o el que está en todas partes (el omnipresente). Acude a Jesús, permítanme la expresión, desde el talón de Aquiles, del mismo Dios hecho hombre, su misericordia, por eso pide compasión, pide misericordia para su hija enferma. La primera reacción de Jesús es su silencio, lo hemos experimentado en nuestra vida, a veces sentimos que clamamos a Dios en una situación particular y pareciera que Él no nos escucha. Luego viene un segundo momento donde la intercesión de los discípulos parece unirse al ruego, a la súplica de la mujer. En efecto, los discípulos le dicen a Jesús: “Concédele lo que pide, que viene gritando detrás de nosotros”, la oración de intercesión que nunca nos puede faltar; pero no entendemos esta respuesta desconcertante de Jesús cuando afirma que: “Él ha sido enviado solo a las ovejas descarriadas de su pueblo judío, el pueblo de Israel”. Sin embargo, la mujer más allá del silencio de Jesús uno, de la intercesión de los discípulos en su plegaria dos, no se da por vencida, batalla en su combate en la fe, corre, se atraviesa en el camino de Jesús (literalmente no lo deja avanzar) y con humildad y confianza se postra, se postra en actitud de adoración y reconocimiento al señorío de Jesús, se postra ante Él, y clama: ¡Señor, socórreme!, ¡Señor, ayúdame! Nuevamente una respuesta destemplada, desconcertante de Jesús, cuando se sabía que en la época los pueblos paganos los llamaban perros paganos, Jesús afirmará: “No está bien dar el pan de los hijos (hablando del pueblo judío) y echárselo a los perros”. Pero la mujer más allá de estas sucesivas negaciones de Jesús, no se da por vencida, confía en que Jesús la va a escuchar y le da una respuesta que desarma completamente su corazón. En efecto la mujer cananea, lejos de desanimarse le dice: “Sí, tienes razón, que el pan se le da a los hijos y no a los perros, pero también los perrillos pueden comer de las migajas de pan que caen de la mesa de sus amos”. Cuánta fe de esta mujer, cuánta tozudez, cuánta perseverancia, cuánta tenacidad, cuánta terquedad en su oración, en su confianza, en su abandono en Dios, más allá de su silencio y de dos respuestas bastante destempladas. Jesús entonces se quebranta, y es entonces cuando entendemos a los santos que afirman: “Dios no es invencible, Dios se deja vencer por el poder de la oración”. En efecto, Jesús responde a la mujer: “Qué grande, que grande es tu fe”. Es una mujer extranjera, una no judía, una pagana, una cananea; y Jesús le dice: “Que te suceda como deseas”. Y en efecto el evangelista Mateo narra, como justo en aquel momento en que Jesús habla, su hija queda curada de la grave enfermedad que la aquejaba. Hoy reconoce como la fe es una batalla de todos los días, un combate espiritual en el que no nos podemos dar por vencidos ante la primera adversidad. Hay que ser constantes, tozudos, confiados, humildes, perseverantes, el Señor lo clama permanentemente: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad a la puerta y se os abrirá, porque todo el que con fe pide, recibe, todo el que busca encuentra, y a todo el que llama a la puerta se le abre”. Hoy es un grito en los labios de la mujer de Canaán, donde se nos dice confía en el Señor; ante los primeros silencios o negativa del Señor, no te des por vencido, este combate espiritual lo ha ganado la mujer cananea, nada menos que frente al Hijo de Dios. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día domingo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
dc.description.abstractREFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 15, 21-28 Primera lectura Lectura del libro de Isaías Is 56, 1. 6-7 Esto dice el Señor: "Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse. A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi templo será la casa de oración para todos los pueblos''. Segunda lectura Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos Rom 11, 13-15. 29-32 Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que no son judíos, y trato de desempeñar lo mejor posible este ministerio. Pero esto lo hago también para ver si provoco los celos de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su rechazo ha sido reconciliación para el mundo, ¿qué no será su reintegración, sino resurrección de entre los muertos? Porque Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección. Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos EVANGELIO DEL DÍA Lectura del santo evangelio según san Mateo Mt 15, 21-28 En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: "Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros". Él les contestó: "Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel". Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!" Él le respondió: "No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Pero ella replicó: "Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos". Entonces Jesús le respondió: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas". Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
dc.identifier.urihttp://72.167.44.240:4000/handle/123456789/517
dc.identifier.urihttps://drive.google.com/file/d/1GrvnL7u8jwxPwDMt-CqySLXzlypPX1u1/view?usp=drive_link
dc.subjectDios
dc.subjectFe
dc.subjectFrutos
dc.subjectGanar la batalla
dc.subjectOración de intercesión
dc.subjectPerseverar en la oración
dc.subjectSigue adelante
dc.subjectSilencio
dc.subjectBiblia
dc.subjectEvangelio
dc.title¡Combate espiritual!
dc.title.alternative¿Mujer, qué grande es tu fe!

Files

Original bundle

Now showing 1 - 2 of 2
Loading...
Thumbnail Image
Name:
Miniatura ago-20-2023.jpg
Size:
192.07 KB
Format:
Joint Photographic Experts Group/JPEG File Interchange Format (JFIF)
Loading...
Thumbnail Image
Name:
Síntesis ago.20.jpg
Size:
363.17 KB
Format:
Joint Photographic Experts Group/JPEG File Interchange Format (JFIF)

License bundle

Now showing 1 - 1 of 1
Loading...
Thumbnail Image
Name:
license.txt
Size:
1.71 KB
Format:
Item-specific license agreed to upon submission
Description: